El sondaje vesical
La sonda vesical es un tubo que se introduce a través de la uretra hasta la vejiga para:
- Vaciar la vejiga en caso de retención urinaria.
- Control estricto de la diuresis.
- Tomar una muestra de orina estéril.
- Drenar o medir la orina residual después de una micción espontánea.
- Favorecer la cicatrización de las vías urinarias tras una cirugía.
- Realizar irrigaciones vesicales, lavados en caso de hematuria,...
- Administrar medicación con fines diagnósticos o terapéuticos.
- Mantener seca la región genitourinaria en pacientes incontinentes con úlceras o dermatitis de contacto.
Son de un solo uso y tienen una composición, calibre, longitud y consistencia variables.
Los MATERIALES más utilizados son:
- Látex. La de uso más frecuente. Pueden provocar alergia en personas sensibles al látex, por lo que deben cambiarse cada 15 días.
- Silicona. Presentan mayor biocompatibilidad y tolerancia, ya que a igualdad de calibre exterior, tienen un mayor calibre funcional (luz interior). Pueden mantenerse hasta 4 meses.
Los CALIBRES van desde el CH-8 al CH-30 y se seleccionan según el sexo, la edad y características del paciente. Los más usados, son:
- Mujeres. Los más utilizados son el CH-14 y 16.
- Hombres: CH 16-18-20-22.
- En pediatría son frecuentes los calibres del CH-06 al 10.
Según el TIEMPO DE PERMANENCIA, las sondas se clasifican en:
- Autosondaje intermitente. Es el principal tratamiento de la retención urinaria o mal vaciado de la vejiga por daño medular o de los nervios que controlan la micción. Puede realizarlo el propio paciente. La frecuencia del sondaje dependerá del volumen de orina diario y de la capacidad de la vejiga (3-4 sondajes diarios). La masculina suelen tener una longitud de 40 cms y la femenina y pediátrica, 20.
- Sondaje permanente. La sonda se mantiene en la vejiga mediante un balón que se hincha con aire o agua. Suelen tener 2 o 3 luces y está indicada en casos de intervención quirúrgica, control estricto de la diuresis, incontinencia, drenaje o lavado continuo.
Fuente principal: FisterraSalud.
Uso del DEA/DESA en niños
El principal factor de supervivencia en caso de parada cardiorrespiratoria con FV/TVSP* es la desfibrilación temprana, ya que su ejecución en los 4 primeros minutos tras el colapso, resulta en una probabilidad de supervivencia superior al 50%. Después de este tiempo, su eficacia disminuye de forma drástica.
Estudios epidemiológicos en el ámbito hospitalario han modificado las indicaciones de la desfibrilación en menores de 8 años, ya que demuestran que la FV/TVSP no son tan raras como se creían en esta edad y se dan hasta en el 25% de los casos en algún momento de la PCR.
Asimismo, los algoritmos de análisis utilizados por estos equipos, tienen capacidad para analizar ritmos pediátricos y diferenciar aquellos susceptibles de desfibrilación con una buena sensibilidad y especificidad.
DOSIS PEDIÁTRICA Y ELECTRODOS ADHESIVOS EN NIÑOS
En pacientes adultos, los DEA/DESA están programados para descargar a 200 julios.
Los parches pediátricos incluyen un atenuador que hace que la energía liberada sea de 50 julios, dosis adecuada para la mayor parte de los niños menores de 8 años, ya que la dosis pediátrica establecida es de 4 julios/kg.
No obstante, numerosos estudios avalan que las dosis de adultos, son bien toleradas en niños cuando no tengamos electrodos adhesivos pediátricos. En este caso, colocaremos los de adultos en la posición esterno-vertebral:
Debido a los pocos estudios realizados, aún no existen evidencias que avalen ni desaconsejen el uso del DEA/DESA en niños menores de 1 año.
(*) Fibrilación ventricular / Taquicardia ventricular sin pulso.
(**) Para saber más... ERC. Recomendaciones 2015
Fluidoterapia. Nociones básicas
El agua se distribuye en el cuerpo humano como líquido intracelular (con un volumen de 400-450 ml/kg) y extracelular, distribuido a su vez como:
- Líquido intersticial: de 150-200 ml/kg
- L. intravascular: de 60-65 ml/kg (el 15 % del mismo en el sistema arterial y el 85% restante en el sistema venoso).
NECESIDADES BASALES DIARIAS DE AGUA Y ELECTROLITOS
El organismo humano necesita reponer el agua y los electrolitos que pierde a través del sistema urinario, digestivo, respiratorio y la piel, con unas necesidades basales de:
- Agua: adultos: 1 ml/kg/h, niños de 10 a 20 kg: 2 ml/kg/h y bebés de menos de 10 kg: 4 ml/kg/h.
- Glucosa: 5 g/100 ml
- Sodio: 2-3 mEq/100 Kcal/día
- Potasio: 1-2 mEq/100 Kcal/día
- Cloro: 2-3 mEq/100 Kcal/día
TIPOS DE SUEROS
Debemos ajustar la sueroterapia de forma individual, teniendo en cuenta la situación particular de cada paciente y seleccionando el suero más adecuado. Los más usados, son:
1. Cristaloides
Soluciones electrolíticas para mantener la volemia y el equilibrio hidroelectrolítico. Los glucosados también aportan energía. Pueden ser hipo, iso e hipertónicas respecto al plasma sanguíneo:
- 1.1. Suero salino al 0´45%. Solución de mantenimiento. Producen desplazamiento de líquidos hacia el compartimento extracelular, por lo que pueden producir hipotensión y edema celular. Útil en deshidrataciones con pérdida sólo de agua, tratamiento de hiponatremias, coma hiperosmolar no cetósico y HTA. Contraindicado en normo e hipernatremia.
- 1.2. S. salino al 0´9%. Restitución. Tiene una proporción de sodio-cloro de 1:1 y está indicado en pérdidas compensadas de agua y electrolitos. También en casos de hipocloremia (estado hiperemético). Tiene un alto contenido en sodio y cloro, por lo que debe evitarse en casos de cardiópatas, hipertensos y pacientes con gran demanda de volumen, ya que puede producirles acidosis hiperclorémica.
- 1.3. Ringer-Lactato. Indicado en casos de deshidratación extracelular con riesgo de acidosis metabólica por su bajo contenido en cloro. El lactato se transforma en bicarbonato en el hígado, por lo que debe evitarse en casos de insuficiencia hepática.
- 1.4. Glucosado al 5%. Aporta 50 g de glucosa por litro. Adecuado para mantenimiento de vía y deshidratación hipertónica, ya que es hipotónico.
- 1.5. Solución glucosalina (1/5). Indicado en la deshidratación hipertónica.
- 1.6. S. salina hipertónica. Extrae líquido al espacio intracelular, por lo que puede reducir el edema celular. Útil en casos de hiponatremia y TCE. Usar con cuidado en pacientes con IC, por riesgo de sobrecarga.
- 1.7. S. hipertónica glucosada. Para pacientes que requieren un aporte de energía con un volumen mínimo de agua.
(*) Evitar las soluciones hipotónicas en hipovolemias, politraumas y TCE´s, ya que aumentan el volumen extravascular e incrementan la PIC.
2. Coloides artificiales
Expansores plasmáticos con mayor vida intravascular (no demostrada). Indicado en shock hemorrágico, hipoalbuminemia y pérdida de proteínas (quemados):
- 2.1. Gelatinas. No altera la coagulación. Riesgo de anafilaxis (Gelafundina, Plasmagel).
- 2.2. Almidones (Voluvén).
3. Coloides naturales
Se usan en hipoproteinemia y paracentesis evacuadora. Reducen la viscosidad sanguínea y la agregación celular. Riesgo de anafilaxia, pueden inducir fallo renal, diuresis osmótica, fallo en la medición de la glucemia y del grupo sanguíneo por alteraciones en la superficie del eritrocito. Administrar junto a cristaloides.
*Posts relacionados: fluidoterapia en el politraumatizado, manejo inicial del quemado, triada letal del politraumatizado, reanimación con hipotensión permisiva.
El cólico nefrítico (N23)
Es el dolor que se origina en la zona costo-lumbar y está provocado por el aumento de la presión que produce la obstrucción de las vías urinarias por cálculos renales (litiasis).
Además de las piedras, cualquier otro elemento que obstruya el riñón o los uréteres puede provocar un cólico. Es el caso del aneurisma de aorta o tumores en los riñones, en los uréteres o en órganos vecinos como el intestino, los ovarios o el útero.
CLASIFICACIÓN
Aunque no existen tipos claramente definidos, los cálculos pueden tener distinta ubicación. En los cólicos renales, el dolor se suele localizar en la fosa renal y se irradia hacia el hipocondrio; mientras que en los cólicos ureterales, el dolor se irradia de forma descendente hacia la vejiga y los genitales.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
El síntoma más importante es el dolor costo-lumbar, que aparece de forma brusca, intensa y no suele mejorar con reposo ni con cambios posturales.
Otros síntomas casi siempre presentes, son: náuseas, vómitos, fiebre, diaforesis, hematuria, disuria y polaquiuria. En casos graves, anuria.
En la valoración posterior es conveniente realizar una exploración abdominal, análisis de sangre, de orina, radiografías y ecografías abdominales para la detección de cálculos.
TRATAMIENTO INMEDIATO
El tratamiento debe realizarse a la mayor brevedad posible para evitar complicaciones, y está basado en AINE´s vía IV para controlar el dolor y la inflamación. También puede ser necesario administrar antieméticos, protectores gástricos y alfa-bloqueantes b.p.m.
El cólico nefrítico concluye cuando la piedra ha sido expulsada, lo cual se produce en el 70% de los casos. Los cálculos mayores de 7 mm suelen ser más complicados de expulsar, por lo que requieren litotricia o cirugía.
Si el cálculo es muy voluminoso o está produciendo una gran obstrucción, se debe actuar con rapidez para evitar que afecte de forma definitiva la capacidad funcional del riñón.