Conservación y transporte de las vacunas. Consejos a los padres
Las vacunas recomendadas por los pediatras pero no financiadas por el sistema de salud, deben ser cuidadosamente conservadas y transportadas desde que se compran en la farmacia hasta el centro sanitario donde serán administradas, ya que cualquier manipulación inadecuada puede ocasionar una pérdida de eficacia.
Algunos consejos a los padres para su correcta conservación y transporte:
- Mantener la cadena de frío. Lo mejor es comprar la vacuna de camino al centro sanitario justo antes de su administración. Para ello, reservarla previamente en la farmacia.
- Adquirir sólo la dosis a administrar.
- Si la distancia a recorrer lleva más de una hora, la vacuna debe transportarse en una nevera isotérmica. Evitar el contacto de la misma con las paredes del recipiente, separándola con cartones.
- Si se lleva a casa, guardarla inmediatamente en la nevera. Colocarla en un estante central y separarla de las paredes. Nunca ponerla en los cajones de la puerta ni, por supuesto, en el congelador.
- La temperatura en el interior del frigorífico debe estar entre +2 y +8 ºC.
- No administrar la vacuna fría. Sacarla de la nevera 1/2 hora antes de aplicarla.
- Protegerla de la luz, ya que algunas son fotosensibles. Lo mejor es conservarla en su propia caja.
- Comprobar la fecha de caducidad. Indica el año y mes finales de su periodo de validez. Por ejemplo, una vacuna que caduque en el mes de mayo, debe desecharse el 1 de junio de ese mismo año.
Fuente principal: Comité asesor de vacunas. AEP
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