martes, 27 de junio de 2017

Maternidad subrogada, madre o vientre de alquiler.


La maternidad subrogada, es una técnica de reproducción asistida mediante la cual una mujer da a luz un bebé que pertenece, genética y legalmente, a otros padres.


Para que la madre portadora alcance el estado de gestación, se utilizan técnicas de reproducción asistida como son:

  1. Fecundación “in vitro” o FIV: la fecundación del óvulo se produce fuera del cuerpo de la madre. Para ello, se extraen uno o más ovocitos de los ovarios maternos y se fecundan en un medio líquido. Posteriormente, el embrión resultante se implanta en el útero de la mujer portadora.
  2. Inseminación asistida o artificial: consiste en depositar los espermatozoides en la futura gestante de forma instrumental.

TIPOS DE MATERNIDAD SUBROGADA


La maternidad subrogada se puede clasificar en función de la carga genética del bebé. Así tenemos:

  1. Maternidad subrogada tradicional. La madre gestacional aporta su propio óvulo, pero el espermatozoide proviene de un donante. En este caso, el bebé se puede concebir por inseminación artificial o fecundación in vitro.
  2. Gestacional. Tanto el óvulo como el espermatozoide son aportados por la pareja que solicita la subrogación y la madre portadora no tiene ninguna relación genética con el feto. En este caso, el embarazo se produce exclusívamente mediante fecundación in vitro.
Por otro lado, también se puede clasificar teniendo en cuenta los factores económicos existentes:
  1. Altruista: la mujer portadora lo hace sin ánimo de lucro, aunque los padres biológicos se hagan cargo de los gastos médicos y legales.
  2. Lucrativa: la madre portadora se queda embarazada a cambio de una contraprestación económica.

viernes, 16 de junio de 2017

Novedades en la escala de coma de Glasgow (GCS)


En 1974, los médicos Bryan J. Jennett y Graham Teasdale del Instituto de Ciencias Neurológicas de Glasgow, publicaron un método estructurado para la valoración del nivel de consciencia de un paciente conocido como Escala de coma de Glasgow (GCS).


En el año 2014, el segundo de ellos dirigió un proyecto de actualización que corregía las deficiencias recogidas y mejoraba la precisión, fiabilidad y comunicación de la escala. Sus principales novedades fueron:


1. EVALUACIÓN ESTRUCTURADA


Se enfatiza la necesidad de valorar individualmente los tres componentes de la escala (ocular, verbal y motora) en lugar de la suma total, ya que esta puntuación no especificaba la respuesta en cada subescala. Por ejemplo, una puntuación total de 8 podría ser O2V2M4 ó O1V1M6, con diferencias significativas en el estado neurológico del paciente.


2. VALORACIÓN


Asignar la puntuación de acuerdo a la mejor respuesta observada.


Si un criterio no puede ser monitorizado, no asignarle un 1. Dejar en blanco y especificar la causa por la que no se pudo valorar.


3. ESCALAS OCULARES Y VERBALES


La apertura de los ojos a la presión ha sustituido a la apertura al dolor, para reflejar con precisión la naturaleza del estímulo y eliminar el carácter subjetivo del concepto de dolor.


En la escala verbal, palabras inapropiadas y sonidos incomprensibles se han simplificado por palabras y sonidos.


4. RESPUESTA MOTORA


Utiliza sólo la escala motora de 6 puntos, eliminando la distinción entre flexión normal y anormal (modificación en desuso introducida en 1976).


5. ESTÍMULO


Se definen con más claridad las medidas adoptadas para evaluar cada ítem, ya que la técnica de estimulación no estaba firmemente especificada en el informe original de 1974.


Toma como lugares para la estimulación física el lecho ungueal, el músculo trapecio y el arco supraorbitario. Estimulación verbal: gritar una orden.


Incorpora una intensidad de estímulos gradual. Aplicar presión en el lecho ungueal cuando la apertura ocular no sea espontánea o como respuesta al sonido. Continuar con el trapecio y los arcos supraorbitales.


Elimina como estímulos la presión detrás de la mandíbula y frotar los nudillos contra el esternón.


6. REGISTRO


Identificar y registrar cualquier factor que pueda influir en la valoración.


Los hallazgos se reflejarán en una escala que permita comunicar eficazmente las observaciones y las tendencias de mejora o deterioro del estado del paciente.


Cualquier deterioro del paciente, dará lugar a una reevaluación urgente para identificar el factor que haya contribuido al cambio.


Para saber más: http://www.glasgowcomascale.org/

martes, 6 de junio de 2017

El torniquete en el medio prehospitalario


Los conflictos armados de los últimos años, han ratificado las 3 principales causas de muerte evitable en este ámbito: la obstrucción de la vía aérea, el neumotórax a tensión y la hemorragia masiva en extremidades. Como técnica asistencial, destaca el uso del torniquete.

Muchos estudios han avalado el empleo de torniquetes en el medio prehospitalario, debido a que algunas de las situaciones que se dan en esta área no difieren mucho del ámbito militar: actos terroristas, asistencia en zonas inseguras, atención a múltiples víctimas, en zonas de difícil acceso y con tiempos de evacuación elevados,...

El torniquete es un dispositivo que, aplicado sobre una extremidad, ejerce una presión concéntrica que colapsa los vasos y frena el flujo sanguíneo hacia el foco hemorrágico, consiguiendo una hemostasia inmediata.

INDICACIONES DEL TORNIQUETE EN EL MEDIO PREHOSPITALARIO
  1. Amputación traumática de miembros.
  2. Hemorragia masiva en extremidades en situaciones de rescate o de difícil asistencia.
  3. Incidentes de múltiples víctimas: cohibir una hemorragia exanguinante en un miembro antes de pasar a clasificar la siguiente víctima.

USO DEL TORNIQUETE
  1. Situaciones en las que hay peligro inmediato para los heridos e intervinientes: colocarlo en la raíz del miembro por encima de la ropa.
  2. Si no existe riesgo, aplicarlo sobre la piel a unos 5 centímetros por encima del punto sangrante.
  3. Emplear un torniquete homologado o, en su defecto, una banda ancha.
  4. Confirmar el cese de la hemorragia y la ausencia de pulso distal.
  5. Anotar la hora de colocación.
  6. Nunca aflojarlo y retirarlo siempre en el quirófano. El tiempo de isquemia tolerable para preservar la viabilidad del miembro es de seis horas, con un período de seguridad de dos horas.
  7. Valorar junto al torniquete el empleo de presión directa, vendaje compresivo y agentes hemostáticos (chitosán).
  8. Evitar los errores más comunes:
    • No usar el torniquete cuando está indicado.
    • Usarlo cuando no lo está.
    • Colocarlo demasiado próximo al punto de sangrado.
    • Quitarlo o aflojarlo cuando no se debe.
    • No quitar el torniquete cuando podamos hacerlo
    • No apretarlo lo suficiente.

Para saber más... http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1887-85712015000100004



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