jueves, 21 de mayo de 2015

Cambios generales asociados al envejecimiento.


En el proceso de envejecimiento se producen cambios anatomofisiológicos en el plano físico, orgánico, funcional, mental y píquico, que predisponen al adulto mayor a presentar determinadas patologías. Estos son algunos de los cambios asociados a dicho proceso:

1. Anatomía y sistema musculo esquelético.

A partir de los 50 años, la talla disminuye unos 5 mm/año, debido a cambios posturales, mayor flexión de cadera y rodillas y disminución de la altura de las vértebras y de los  discos intervertebrales. El peso alcanza su máximo a los 50 años para luego disminuir progresivamente.

Entre los 30 y los 80 años se pierde un 30 a 40% de la masa y fuerza muscular por la menor actividad de la hormona del crecimiento y andrógenos. Dicha pérdida no es lineal y se acelera con la edad. También hay disminución en la actividad osteoblástica con decremento de la masa ósea y reducción del grosor cortical. Se produce osteoporosis en caderas, fémur y vértebras.


También puede aparecer osteomalacia (fallo en la mineralización de la matriz ósea y hueso mal calcificado por déficit de vitamina D).

La regeneración de tendones y ligamentos se vuelve más lenta.

2. Sistema cardiovascular.

El corazón aumenta su tamaño y peso, presentando un aumento del grosor de ambos ventrículos como respuesta a la mayor resistencia vascular.

Esta hipertrofia de los miocitos produce una disminución de la distensibilidad miocárdica y un mayor tiempo de relajación. También se produce una disminución del número de miocitos.

A nivel miocárdico, hay degeneración celular con infiltración grasa que puede comprometer al sistema de excitación cardíaca.

Asimismo, hay tendencia al aumento de depósitos de colágeno, provocando fibrosis y rigidez ventricular. Las válvulas presentan calcificaciones, con la consiguiente insuficiencia o estenosis valvulares.

El tejido excito-conductor tiene pérdida progresiva de su actividad como marcapasos, por lo que aumenta la frecuencia de arritmias pasivas y bloqueos.

La arterias se endurecen y se acumulan depósitos de ateromas que derivarán en riesgo aterotrombótico y cardioembólico con el consiguiente riesgo de S.C.A.

3. Sangre y coagulación.

Aunque la anemia se asocia al envejecimiento, una adecuada nutrición y la ausencia de patologías, debería evitar la reducción en el recuento hemático.

El tiempo de protrombina y el TPT no cambian con la edad. Pero el fibrinógeno aumenta sustancialmente, así como los factores VII, VIII, con incidencia en la formación de coágulos.

4. Sistema respiratorio.

Los cartílagos costales se calcifican y la columna tiende a presentar cifosis con aumento del diámetro antero-posterior del tórax, disminuyendo la distensibilidad de la pared muscular.

Disminuye la elastina de la pared bronquial, así como el colágeno y aumento de la secreción mucosa, aumentando el número de células caliciformes.

La capacidad vital decrece. El esfuerzo espiratorio aumenta por pérdida de elasticidad del árbol bronquial, y por pérdida de musculatura implicada en la respiración.

Todos estos cambios repercuten en una disminución de la PaO2.

5. Sistema renal y vías urinarias.

Los riñones sufren importantes cambios, por lo que en situaciones de sobrecarga para la actividad excretora renal, tales como hipoperfusión, uso de nefrotóxicos o patologías que afecten al riñón, puede aparecer insuficiencia renal.

Las disminución del flujo renal, la mayor permeabilidad de la membrana glomerular, la menor superficie de filtración y el aumento de uso de fármacos nefrotóxicos, son los factores que causan la disminución de la función renal.

Asimismo, la obstrucción prostática por H.B.P. en hombres y la caída de estrógenos en mujetes, presentan una mayor tendencia a la producción de litiasis renal.

6. Sistema nervioso.

Uno de los más afectados. El peso cerebral disminuye, el flujo cerebral se reduce y se pierden neuronas.

La pérdida de mielina disminuye la velocidad de respuestas. También disminuyen los receptores de catecolaminas, serotonina y opoides.

Se altera el patrón del sueño. Dificultad en la conciliación y despertares precoces, reducciendo el número de horas de sueño y su efecto reparador.

7. Sistema digestivo.

Disminución de la capacidad de percibir los sabores dulces y salados.

Los dientes presentan retracción de los recesos gingivales, reducción de la pulpa dental por mala perfusión e inervación. También hay una disminución de la producción de saliva.

A nivel del tubo digestivo, se produce una tendencia a la diverticulosis.

Pérdida por alteraciones de los plexos entéricos de la coordinación de los músculos esofágicos --> riesgo de broncoaspiración.

El debilitamiento del diafragma hace más frecuente la existencia de hernias hiatales.

La reducción de elasticidad de la pared del recto y la disminución de la motilidad intestinal conduce a la constipación y génesis de fecalomas. También isquemias mesentéricas y de colon.

Disminuye la elasticidad de las fibras del esfínter anal, lo que puede derivar en incontinencia fecal.

A nivel gástrico, la incidencia de helicobacter pylori aumenta, lo que sumado a una reducción de los mecanismos de defensa hace más frecuentes la existencia de úlceras pépticas.

La capacidad de metabolización hepática es menor provocando cambios en la fármacocinetica de muchas drogas.

8. Sistema endocrino.

Pituitaria: tendencia a la formación de adenomas, la ADH se encuentra más activa frente a la renina que disminuye y la aldosterona aumenta --> H.T.A.

La hormona del crecimiento (GH) disminuye pero la prolactina no sufre grandes cambios.

Glucosa e Insulina: no hay disminución de la secreción pancreática de insulina; pero hay mayor resistencia de los tejidos periféricos a su acción. La secreción y efecto del glucagón suelen conservarse.

Tiroides: se vuelve más fibroso y nodular, disminuyendo la secreción de T4.

Paratiroides: el nivel de hormona paratiroídea se incrementa para mantener los niveles de calcio. La calcitonina, aunque disminuye, mantiene su actividad.

Glándulas suprarrenales: pérdida de la capacidad de tolerar el estrés por disminución de la secreción de glucocorticoides.

9. Sistema inmunológico.


A nivel celular, pierde capacidad para reparar efectos deletéreos a radiaciones ionizantes.

En el adulto, el timo se transforma en un órgano vestigial.

Los macrófagos no presentan alteraciones pero se reducen los linfocitos T y se reduce la respuesta humoral. O sea, su función se ve deprimida.

Estos cambios se traducen en un aumento de la tasa de infecciones, alteraciones autoinmunes e incapacidad de controlar tumores incipientes malignos.

10. Piel y fanéreos.

La piel, por su extensión, es el órgano más susceptible de recibir daño ambiental, s.t. por la acción del sol.


Debido a la pérdida de elastina, melanocitos, queranocitos y colágeno, se hace más arrugada, delgada, seca, transparente, menos elástica, mas amarillenta y aumenta la tendencia a la displasia celular.

Los folículos pilosos y las glándulas sebáseas se atrofian.

Las uñas reducen su velocidad de crecimiento, aumentan su grosor, volviéndose opacas y más duras por aumento de la queratina.

11. Oído.

En el oído externo se produce acumulación de cerumen que dificulta la audición.

A nivel de oído medio se produce adelgazamiento de la membrana timpánica y pérdida de su elasticidad, así como disminución de en la conducción del sistema óseo. Estos cambios provocan pérdida de audición principalmente en tonalidades bajas.

12. Ojo y Visión.

La órbita pierde contenido graso, produciendo efecto de ojos hundidos, entropion o ectropion.

La pupila reduce su diámetro, y el iris disminuye la capacidad de acomodación por fibrosis muscular.

El cristalino aumenta su tamaño y se vuelve más rígido. Puede  aparecer afaquia (cataratas) por deshidratación de la lente. También, reducción de los conos con pérdida de agudeza visual.


lunes, 18 de mayo de 2015

Triángulo de Evaluación Pediátrica


En la atención pediátrica urgente hay que priorizar el riesgo vital y el tratamiento sintomático sobre el etiológico y el diagnóstico definitivo, por tanto, el T.E.P. valora el aspecto general del niño, mejora la atención inicial y aporta información básica sobre su estado de salud, permitiendo así establecer prioridades.

Su realización es rápida y objetiva, y se basa en tres aspectos: la respiración, la circulación y el aspecto general. Su gravedad será mayor cuantos más lados del triángulo estén afectados (figura).

1. RESPIRACIÓN

Cuando atendemos a un niño, identificamos la presencia de disnea por la tos y/o ruídos respiratorios. La I.R.A. es la primera causa de P.C.R. en niños:

  • Roncus: obstrucción a nivel de VV.AA. altas: orofaringe, hipofaringe, amigdalitis, obstrucción epiglótica, hematoma lingual, absceso periamigdalino, traumatismo cervical…
  • Disfonía/estridor (“tos perruna”): obstrucción alta a nivel glótico o subglótico: laringitis, traqueítis, aspiración de cuerpo extraño, . . .
  • Sibilancias: estenosis de VV.AA bajas, bronquitis, bronquiolitis, asma, reacciones alérgicas,. . .
  • Quejido: glotis parcialmente obstruída, esfuerzo respiratorio: mala compensación de la oxigenación y la ventilación.

2. CIRCULACIÓN

La coloración de la piel da una idea del gasto cardiaco. Su disminución origina una redistribución de la sangre hacia órganos vitales (cerebro, corazón y riñones) a expensas de otras zonas (piel e intestinos).

  • Palidez/piel moteada: signo de mala perfusión periférica.
  • Cianosis: hipotensión importante.

3. ASPECTO GENERAL

Refleja el estado de su SNC y está condicionado por su oxigenación, ventilación, perfusión, estado metabólico y neurológico. La hipoxia provoca agitación; y la hipercapnia, la hipoglucemia, lesiones ocupantes de espacio, el bajo G.C. e hipoperfusión cerebral, producen somnolencia, hipotonía y coma.

  • Tono muscular: ¿está agitado, se mueve, está hiper o hipoactivo, presenta flacidez?
  • Interacción: ¿está alerta, coge objetos, grita, llora...?
  • Mirada, ¿la fija o la tiene perdida?
  • Lenguaje/llanto: ¿palabras congruentes, consuela el llanto con los padres...?

 Post relacionado: índice de trauma pediátrico

viernes, 15 de mayo de 2015

Test de Apgar del recién nacido


El test o score de Apgar es una escala de valoración utilizada por neonatólogos y matronas para comprobar el estado de salud del bebé en el momento del parto. 

Consiste en un examen físico breve, que evalúa algunos parámetros que muestran la vitalidad del RN y la necesidad o no de maniobras de reanimación en los primeros minutos de vida. 

Recibe el nombre en honor a su creadora, Virginia Apgar, anestesióloga norteamericana del Columbia University´s Babies Hospital, que en 1952 propuso un medio sencillo para enseñar a sus alumnos a evaluar el estado físico del neonato durante el nacimiento.
 
EVIDENCIA CIENTÍFICA DEL TEST

Después de comparar el Score de Apgar con otros métodos posteriores de evaluación del RN (incluído la medición del equilibrio ácido-base sanguíneo en la arteria umbilical), se llegó a la conclusión de que el test de Apgar es actualmente el mejor predictor de supervivencia neonatal.


Utilizado internacionalmente, el test de Apgar ha demostrado ser de fácil realización y un excelente indicador del estado del niño, difudiéndose rápidamente por todo el mundo.

¿COMO PUNTÚA?

Los 5 parámetros evaluados son fácilmente identificables: frecuencia cardiaca, esfuerzo respiratorio, tono muscular, reflejos (respuesta a estímulos) y color de la piel.

Estos parámetros se evalúan en base a una tabla de puntuación, en el que a cada valor se le asigna una puntuación que va de 0 a 2 (ver tabla). La puntuación total va de 0 a 10. A mayor puntuación, mejor estado de salud del bebé.

Esta evaluación se realiza al primer y quinto minuto de vida. Una puntuación óptima sería de 9 al minuto y de 10 a los 5 minutos (ya que el bebé suele estar pálido al pasar por el canal del parto).

  • Más de 8: bebé en buenas condiciones.
  • Entre 5 y 7: pueden requerir algunas maniobras de soporte respiratorio.
  • Manos de 4: hipoxia severa; maniobras de reanimación.
Una puntuación inicialmente baja no indica que existan riesgos a largo plazo para el bebé, siempre que las maniobras de reanimación sean correctas y la puntuación se normalice a los 5 minutos.

Ejemplo: un RN con una FC > 100/min (2 puntos), respiración lenta (1 punto), tono muscular con movimientos activos (2 puntos), escasa respuesta a estímulos (1 punto), y color de la piel rosada (2 puntos), el estado según la tabla sería de 8 (buenas condiciones).




lunes, 11 de mayo de 2015

Citas bibliográficas. Normas Vancouver.

Cuando hacemos alguna publicación, las referencias bibliográficas se reflejan con un conjunto de datos que permite identificar de forma única cualquier documento consultado.

Existen varias formas para referenciar una bibliografía, pero una de las más populares en el ámbito científico es la redactada por un grupo de editores de artículos biomédicos reunidos en Vancouver en 1978. Éstos establecieron un estilo de formato fijo para clasificar y catalogar las publicaciones enviadas a los medios de comunicación.

Son las conocidas como ”Normas Vancouver” y su sistemática siempre sigue el mismo orden:

1. Autor o autores por orden alfabético: apellido e iniciales del 2º apellido y nombre, terminado con un punto. Si hay más de un autor, se separan con una coma y un espacio y se acaba con un punto.
  • 1a. Hasta 3 autores, constarán todos.
  • 1b. Si son 4 o más, se pondrá “et al” después del autor principal.
  • 1c. Para autores anglosajones, se pondrá antes el apellido (p.e: Fahrid Murray Abraham: Abraham FM).


2. Título del libro. Con un punto al final. Si la obra está compuesta por más de un volumen, se reflejaran a continuación del título.

3. Edición. Seguido de un punto. La primera edición no es preciso consignarla. Va en números arábigos y en abreviatura (p.e: 3ª ed).

4. Lugar de edición. Seguido de dos puntos.

5. Editorial. Seguida de punto y coma.

6. Año de publicación. Terminado en punto.


- LIBRO:  Autor/es. Título del libro. Volumen. Edición. Lugar de publicación: Editorial; año.

- CAPÍTULO DE LIBRO: Autor/es del capítulo. Título del capítulo. Ciudad. Director/Coordinador/Editor. Título del libro. Edición. Lugar de publicación: Editorial; año. Página inicial y final del capítulo.

- ARTÍCULO DE REVISTA: Autor/es del artículo. Título del artículo. Nombre de la revista. Año; volumen: páginas.

- ARTÍCULO EN INTERNET: Autor/es del artículo. Título del artículo. Nombre del sitio web. Año (de consulta); Volumen: páginas. Disponible en… URL del artículo.

- LIBRO O MONOGRAFÍA EN INTERNET (PDF o similar): Sitio Web. Lugar de publicación: editor; fecha de última actualización. Disponible en… URL de la web.


Para saber más… Guía breve de la normativa Vancouver


martes, 5 de mayo de 2015

Cuidados del cordón umbilical


El cordón umbilical es la estructura que une el feto con la placenta a través del ombligo; y contiene los vasos sanguíneos con los que intercambia con la madre los gases, nutrientes y desechos.

IMPORTANCIA DEL CUIDADO DEL CORDÓN

El cuidado del cordón umbilical comienza desde el momento en que se realiza su crampado y corte durante el parto.

Tras el nacimiento y hasta que el cordón cicatriza y se desprende, los gérmenes habituales de la piel pueden provocar una infección del cordón (onfalitis) y, en casos graves, podrían diseminarse a través del torrente sanguíneo provocando una septisemia.

Por ello es importante mantener unas medidas higiénicas adecuadas durante su cuidado.

COMO REALIZAR LA HIGIENE

Son muchas las soluciones antisépticas tópicas que se han empleado a lo largo del tiempo para el cuidado del cordón umbilical: yodopovidona, alcohol de 70º, clorhexidina al 4%... incluso antibióticos tópicos (bacitracina, mupirocina,…).

Pues bien, actualmente la AEP, sólo recomienda el uso de soluciones antisépticas o antibióticas tópicas en aquellas situaciones en las que la atención neonatal y las medidas higiénicas sean deficitarias.

En países desarrollados donde existe una adecuada atención sanitaria y medidas higiénicas correctas, no hay una clara evidencia de que el empleo de estos productos mejoren la asepsia y caída del cordón, ya que interfieren en el proceso de cicatrización.

Por ello, las medidas para el cuidado del cordón umbilical, son:

  • Lavarse las manos previamente.
  • Limpiar la zona del cordón con agua templada y jabón neutro.
  • Posteriormente, secarlo muy bien con una gasa estéril.
  • Rodearlo con una turunda de gasa para evitar el roce con el pañal.
  • Finalmente, cubrirlo con una gasa estéril, reemplazándola con cada cambio de pañal.

SIGNOS DE ALARMA

Consultar al pediatra siempre que observemos alguno de los siguientes signos:

  • Enrojecimiento o inflamación de la zona circundante al ombligo.
  • Cordón húmedo con secreción amarillenta y/o maloliente.
  • Sangrado (aunque a veces, puede producirse un pequeño sangrado con la caída del cordón o el roce del mismo contra el pañal).
  • El cordón no se ha caido después de los 15 días de vida. 
 

viernes, 1 de mayo de 2015

Amniocentesis

Es una prueba diagnóstica que se hace sobre la 16ª semana de gestación, para recoger información sobre el estado del feto, mediante la obtención de una muestra de líquido amniótico.

La amniocentesis proporciona información sobre la existencia de anomalías cromosómicas y trastornos metabólicos genéticos, aunque no detecta malformaciones físicas ni defectos congénitos de otra naturaleza.

Se realiza mediante la introducción de una aguja guiada por un ecógrafo a través de la pared abdominal, el útero y las bolsas amnióticas. Una vez dentro de éstas, se extrae una muestra de líquido amniótico para analizar los cromosomas de las células fetales obtenidas del líquido (en el laboratorio de citogenética).


INDICACIÓN DE LA PRUEBA

La amniocentesis está indicada a embarazadas a las que se le supone un mayor riesgo de que su feto pueda tener una alteración cromosómica. El riesgo se determina en base a sus antecedentes personales, familiares, embarazos previos, hallazgos ecográficos anormales o mediante el cribado que se realiza en el primer trimestre de gestación.

RESULTADOS

Tras 48 horas es posible descartar las principales anomalías cromosómicas (prueba rápida QF-PCR* o FISH), aunque el resultado definitivo tardará unas 3 o 4 semanas.

CUIDADOS POSTERIORES A LA AMNIOCENTESIS

Es una técnica indolora y muy segura, aunque existe riesgo de causar un aborto en aproximadamente el 1% de los casos. Posteriormente a la prueba, es posible sentir un leve dolor.

Se recomienda reposo relativo (no absoluto en cama) y abstinencia de relaciones sexuales durante 48 horas. Advertir a la embarazada que debe ponerse en contacto con su centro sanitario si tiene dolor intenso, fiebre de más de 38 ºC, sangrado vaginal o pérdida de líquido a través de la vagina.

ALTERNATIVAS

Actualmente existen otras pruebas diagnósticas prenatales no invasivas, en las que, mediante la toma de una muestra sanguínea de la madre, se pueden detectar las alteraciones cromosómicas fetales más frecuentes (las que afectan a los cromosomas 13, 18 y 21).


También permiten analizar los cromosomas X e Y para saber el sexo del feto a partir de la semana 10 de gestación. En algunos casos, este análisis puede no ser el más adecuado y el ginecólogo precisará entonces practicar una amniocentesis.

(*) QF-PCR (Quantitative Fluorescence Polymerase Chain Reaction) reacción en cadena de la polimerasa que permite la multiplicación del ADN.