miércoles, 31 de enero de 2018

Evaluación rápida de los pares craneales


Las pares craneales son doce pares de nervios que surgen directamente del cerebro o del tronco encefálico para distribuirse - a través de los agujeros del cráneo - a la cabeza, cuello, tórax y abdomen.

I – Nervio Olfatorio: controla el olfato. Para valorarlo, hacer que el paciente cierre los ojos, tape una de sus narinas e inhale con la otra. Usar jabón, café, clavo o vainilla, pero no emplear sustancias con un olor fuerte como la acetona, ya que pueden estimular las terminaciones dolorosas intransales del V par. Repetir la operación con la otra narina.

II – N. Óptico: situado en el interior y detrás de los ojos, controla la visión central y periférica. Procedimiento:

  • Visión central: la fóvea, situada en el centro de la retina, es responsable del campo visual central. Evaluar los ojos independientemente haciendo que el paciente lea un texto corto. Poner nuestra mano frente al paciente y hacer que cuente los dedos.
  • V. Periférica: Hacer que el paciente se cubra un ojo y mire su nariz. Mover el dedo índice para comprobar la visión alrededor de los ojos y hacer que observe cualquier movimiento en el campo visual periférico.

III – Oculomotor: situado en el interior y detrás de los ojos, controla la contracción pupilar. Para evaluar este reflejo, atenuar la luz ambiente y proyectar la luz de la linterna desde la periferia hacia el centro de cada ojo. Valorar el tamaño, la simetría y la reactividad. La respuesta debe ser bilateral y simétrica.

Comprobar también la ausencia de ptosis palpebral.


IV – Patético: controla el movimiento vertical de los ojos. Para evaluarlos, el paciente debe seguir con la mirada nuestro dedo mientras lo movemos verticalmente y hacia su nariz.


V – Trigémino: si este nervio se daña, el paciente tendrá afectada la frente, la mejilla y/o la mandíbula (las tres ramas del nervio trigémino). Comprobar la sensibilidad en las tres áreas y del cuero cabelludo con un paño suave.


Hacer que el paciente abra la boca para evaluar la función motora de los músculos temporal y masetero.


VI – N. Motor ocular externo: controla el movimiento horizontal de los ojos. Para evaluar su función, pedir al paciente que mire hacia cada oreja sin mover la cabeza y que siga nuestro dedo a través de los seis campos cardinales de la mirada. Observar si presenta nistagmo o contracciones rápidas del ojo.



VII - Facial: Controla la expresión facial. Pedir al paciente que arrugue la frente, que cierre los ojos, que sonría, que frunza los labios, que muestre los dientes y que infle las mejillas. Comprobar la simetría facial y de los pliegues.


VIII – N.Auditivo: Controla la audición. Comprobarla haciendo vibrar un diapasón próximo a su frente. Debe oír el sonido con ambos oídos simutáneamente.


IX – Glosofaríngeo / X – Neumogástrico: Se evalúan juntos. Inervan la lengua, la faringe y la laringe. Valorar el sentido del gusto en la parte posterior de la lengua.


Pedir al paciente que abra la boca y diga “Ahhh”; la úvula debe estar situada en la línea media y el velo del paladar debe elevarse. Comprobar también la capacidad de deglución.


XI – Espinal: controla el cuello y los hombros, por lo que debemos pedir al paciente que levante los hombros, comprobando la simetría de los trapecios. Hacer que gire la cabeza para evaluar el m. esternocleidomastoideo.


XII – Hipogloso. Inerva la lengua. El paciente debe sacar la lengua y situarla en la línea media. Hacer también que la mueva a ambos lados y comprobar que no presenta ningún problema al comer, tragar o hablar.


 

miércoles, 17 de enero de 2018

Escabiosis clásica o sarna (B86)


Es la infestación con el ácaro Sarcoptes scabiei o arador de la sarna, un parásito humano obligado que vive en túneles que excava en el estrato córneo de la piel.

El síntoma principal es el prurito intenso, pápulas eritematosas y surcos en los espacios interdigitales, flexión de las articulaciones y pliegues de la piel en cintura, glúteos, mamas y genitales. En ocasiones, es posible observar el ácaro como una pequeña pápula oscura.

Aunque la cara no suele verse afectada en adultos, en lactantes puede afectar el rostro, palmas de las manos, plantas de los pies, cuero cabelludo y pliegues retroauriculares.

Se transmite de una persona a otra por contacto físico y objetos inanimados (ropa interior, toallas, sábanas,...).

El factor de riesgo más importante son las situaciones de hacinamiento (colegios, refugios y acuartelamientos militares), aunque no existe una asociación clara con una higiene deficiente.

El diagnóstico se realiza en base a:

  • Exploración: hallazgos físicos, sobre todo la presencia de surcos, prurito muy intenso y la presencia de síntomas similares en personas que conviven con el paciente.
  • Raspado de los surcos: hallazgo de ácaros, huevos o deyecciones del ácaro en el examen microscópico del material raspado. Con frecuencia no se encuentra el ácaro, lo que no excluye la enfermedad.
El tratamiento de primera elección consiste en escabicidas tópicos (permetrina). En raras ocasiones, es necesario el tratamiento con ivermectina VO. El prurito puede tratarse con pomadas de corticoides o antihistamínicos VO.

Es preciso tratar también a los contactos cercanos de forma simultánea, y lavar los objetos personales (toallas, vestimenta, ropa de cama) con agua caliente y secarse con calor.

A veces, se produce una infección bacteriana secundaria que cursa con lesiones exudativas, costrosas y amarillentas que hay que tratar con antibióticos tópicos o sistémicos (antiestafilocócicos o antiestreptocócicos).

Los síntomas y las lesiones tardan hasta 3 semanas en resolverse, incluso después de la eliminación de los ácaros, lo que hace difícil reconocer el fracaso del tratamiento.


miércoles, 3 de enero de 2018

Mononucleosis infecciosa (B27.0)


Es una enfermedad producida por el virus Epstein Barr. También se le conoce como enfermedad del beso, ya que suele darse entre niños pequeños y adolescentes, debido a que se contagia a través de la saliva y por secreciones procedentes de las vías respiratorias.

La mononucleosis se transmite durante todas las estaciones del año y suele ser contagiosa
 hasta varios meses después de haber padecido la enfermedad.


SIGNOS Y SÍNTOMAS

Sus manifestaciones típicas duran entre una y dos semanas y consisten en fiebre, faringoamigdalitis con placas de exudado, aumento del tamaño de los ganglios del cuello, esplenomegalia y hepatomegalia. En ocasiones puede aparecer una erupción cutánea.

También son frecuentes la astenia y la anorexia que pueden durar varias semanas, aunque tampoco es raro sufrir esta enfermedad de forma asintomática.

En el análisis de sangre, suelen aparecer algunos datos característicos, como la presencia de linfocitos atípicos y un leve aumento de las transaminasas en ausencia de sintomatología hepática.

Su curación suele ser completa y con escasas complicaciones.


PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Actualmente, no existe una prevención eficaz contra la mononucleosis, ya que no se dispone de vacuna y no tiene sentido aislar a los enfermos para evitar que transmitan la enfermedad.

Sin tratamiento etiológico eficaz, la antibioterapia no produce ningún beneficio. Aunque, en ocasiones, la falta de mejoría con este tratamiento puede hacer sospechar de su causa vírica.

Como en otras viriasis, todo lo que se puede hacer es aliviar los síntomas. En los raros casos en los que la inflamación de la garganta dificulte la respiración, se pueden usar corticoides bajo prescripción médica.