jueves, 22 de agosto de 2019

Colocación de los parches-electrodos en el DEA/DESA y el marcapasos externo


Cuando utilizamos el marcapasos externo transcutáneo… ¿es mejor colocar los electrodos en las posiciones antero-anterior o antero-posterior?

Según estudios recientes, la posición antero-anterior requiere menos tiempo y no se precisa mover al paciente para su aplicación; luego, se utilizará siempre en situaciones de emergencia.


Para ello, colocaremos el polo (+) en la región infraclavicular derecha a la altura del 2º espacio intercostal y el (-) en el ápex izquierdo.


Para el resto de situaciones, se recomienda la posición antero-posterior, ya que se han recreado modelos para medir la intensidad de corriente durante la estimulación transcutánea y se obtienen mejores resultados colocando los electrodos en esta posición.

O sea, el electrodo (-) se coloca en la región paraesternal izquierda a nivel del 4º-5º espacio intercostal y el (+) bajo el vértice escapular izquierdo.

Obsérvese que en ambas posiciones, el polo (-) está situado en la cara anterior del paciente.

*Nota: usar parches pediátricos en niños menores a 8 años o con un peso inferior a 25 kg.

*Posts relacionados: el uso del DEA/DESA en niños, monitorización cardiaca

lunes, 12 de agosto de 2019

Anticoagulantes


Son fármacos que retrasan la coagulación de la sangre, actuando sobre el mecanismo de la cascada de la coagulación. Según su forma de actuar se clasifican en:

1. HEPARINAS

1.1 Heparinas no fraccionadas (HNF). Son anticoagulantes indirectos que actúan uniéndose a la antitrombina y acelerando su mecanismo de acción. Son de administración IV y requieren un control estricto debido a su estrecho margen terapéutico.

1.2 H. de bajo peso molecular (HBPM). Surgen como resultado del fraccionamiento químico o enzimático de las anteriores, dando lugar a moléculas más pequeñas, por lo que se absorben bien por vía subcutánea.

Al igual que las HNF, actúan uniéndose a la antitrombina, pero con la diferencia de poseer una menor unión a proteínas plasmáticas, lo que hace que no requieran un control tan estricto y puedan administrarse 1 o 2 veces/día.


Suelen usarse en pacientes ambulatorios hasta la prescripción de tratamientos con anticoagulantes orales.

2. ANTICOAGULANTES ORALES


2.1 Cumarínicos. Especialmente el acenocumarol, aldocumar y la warfarina. Actúan sobre la vitamina K, por lo que presentan una respuesta muy variable y muchas interacciones (AAS, amiodarona, omeprazol, carbamacepina, AINES, tiroxina, antibióticos de amplio espectro y ciertos alimentos), requiriendo un control estricto del nivel de anticoagulación I.N.R.


Actualmente, son muy utilizados en tratamientos largos para prevenir complicaciones tromboembolíticas.


2.2 ACO's de acción directa. Incluye rivaroxaban, dabigatran, apixaban y edoxaban. Dependiendo del fármaco, actúan sobre la trombina o sobre algún factor de la coagulación, inhibiendo o retrasando el mecanismo de su cascada.


Presentan la ventaja de no requerir los controles de hemostasia habituales de los anteriores, ya que las concentraciones plasmáticas del fármaco son más estables.


3. ANTIAGREGANTES PLAQUETARIOS

Aunque no se consideran anticoagulantes, son un grupo de fármacos que inhiben la agregación de las plaquetas en el interior de los vasos, evitando que se formen trombos y coágulos. Los más usados son la aspirina, el clopidogrel, el triflusal y la ticlopidina.