martes, 19 de diciembre de 2017

Convulsiones febriles (R56.0)


Son crisis convulsivas asociadas a enfermedades febriles, especialmente las de origen vírico.

Es el tipo de convulsiones más frecuente en la infancia, ya que las padecen un 5% de los niños entre 6 meses y 5 años. Este porcentaje asciende al 20% si existen antecedentes personales y/o familiares de epilépsia. El riesgo también aumenta en niños con retraso en el desarrollo y es más frecuente en niños que en niñas.

COMO SON

Suelen presentarse en las primeras 24 horas de la infección y con fiebre superior a 38ºC aunque, a veces, pueden aparecer con décimas e incluso ser el primer síntoma de la enfermedad. En el 70% de los casos, la crisis no se repite en un mismo proceso infeccioso. Suelen constar de 4 fases:

  1. Fase de aura. Pérdida de contacto con el medio. El niño suele quedar con los ojos abiertos y la mirada perdida. No responde a ningún estímulo externo.
  2. F. Tónica. Se pone rígido y cae al suelo apoyando la cabeza y los talones. Esta fase suele durar unos segundos.
  3. F. Clónica. Serie de sacudidas y contracciones musculares de corto recorrido. Suele durar menos de un minuto.
  4. Perído postcrítico. El niño recupera la consciencia, está confuso, desorientado y cansado. Suele llorar y quedarse dormido.
QUE HACER
  • Intentar mantener la calma y llamar al 112/061.
  • Colocarlo en el suelo.
  • Apartar los objetos duros con los que pueda golpearse.
  • No sujetarlo ni introducir nada en la boca.
  • Aflojarle la ropa.
  • Cuando cesen las convulsiones, colocarlo de lado (P.L.S.)  y reorientarlo.
  • Aplicar medidas antitérmicas cuando acabe la crisis: métodos físicos y antipiréticos VO (nunca AAS).

Post relacionado: epilepsia y crisis convulsiva


viernes, 1 de diciembre de 2017

El eje renina-angiotensina-aldosterona


La renina o angiotensinogenasa, es una proteína enzimática que secretan las células yuxtaglomerulares* del riñón cuando disminuye el flujo sanguíneo y/o la concentración plasmática de sodio, por una variación en la volemia o del filtrado glomerular (FG).

La renina actúa sobre el angiotensinógeno en el hígado y lo convierte en angiotensina I, convirtiéndose en los pulmones en angiotensina II, lo que provoca una elevación de la T.A. por vasoconstricción para aumentar el flujo renal.

Además estimula la aldosterona (también estimulada por el descenso de la concentración plamática de sodio y aumento del potasio extracelular). La aldosterona actúa en los túbulos distales renales incrementado la reabsorción de agua y sodio. De esta forma, se mantiene la T.A. y el balance hidroelectrolítico.

(*) Estructura renal que regula el filtrado de la nefrona.