lunes, 22 de febrero de 2016

Método extrahospitalario de triage avanzado (META)

A diferencia de los triages de foco (como el START), pensados para efectuarlos en el área de salvamento por personal no sanitario y basados en parámetros fisiológicos, el triage META se diseñó para su ejecución por personal sanitario sobre el área de socorro. Ambos métodos de triage son complementarios y no excluyentes, formando parte de un mismo engranaje para lograr el mejor resultado posible ante un accidente con múltiples víctimas (AMV).


La importancia del triage META radica en su capacidad de clasificar los pacientes graves, organizar su asistencia basada en prioridades y, sobre todo, identificar precozmente a los pacientes quirúrgicos que requieren un rápido traslado a un centro quirúrgico.


Para ello, introduce una categoría de pacientes denominada prioridad quirúrgica; o sea, víctimas que tras realizar el triage de estabilización, serían llevados a la zona de evacuación del PMdA sin demorar su traslado a un centro útil. Así, el META consta de las siguientes fases:


1. TRIAGE DE ESTABILIZACIÓN.


Basado en la atención inicial al politrauma. Contempla la valoración y estabilización de pacientes con compromiso en la vía aérea (rojo 1), en la ventilación (rojo 2) o en la circulación (rojo 3).
  • Amarillos 1: pacientes con alteración neurológica aislada.
  • Amarillos 2: víctimas con lesiones susceptibles de atención hospitalaria.
  • Verdes: resto.

2. IDENTIFICACIÓN DE PACIENTES CON CRITERIOS DE ATENCIÓN QUIRÚRGICA (PACIENTES Q).


Evacuación rápida sin pasar por la zona asistencial. Sigue las recomendaciones del Colegio Americano de Cirujanos y selecciona los pacientes que no se benefiarían de un SVA prehospitalario, pero sí de un traslado inmediato a un centro con capacidad quirúrgica. Criterios:
  • Trauma penetrante en cabeza, cuello, tronco o próxima a rodillas o codos con hemorragia.
  • Traumatismo con fractura abierta de pelvis.
  • Fractura cerrada de pelvis con inestabilidad mecánica y/o hemodinámica.
  • Trauma torácico cerrado con signos de shock.

3. TRIAGE DE EVALUACIÓN.


Decide el orden de evacuación de los pacientes valorados y asistidos en el puesto sanitario. Contempla varias categorías según el plazo terapéutico del paciente:

Prioridad A. Pacientes rojos con etiqueta quirúrgica.


Prioridad B. Pacientes rojos con lesión grave (fractura de cráneo abierta o deprimida, tórax inestable, 2 o más fracturas diafisiarias, extremidades aplastadas, arrancadas o seccionadas, amputación proximal a muñeca y tobillo, paresia en miembros o quemaduras graves.), inestabilidad hemodinámica o respiratoria y al menos uno de los siguientes signos:

  • Presión arterial sistólica < 110 mmHg.
  • Glasgow motor < 6.
  • Necesidad de aislamiento de la vía aérea.
  • Afectado por onda expansiva en espacio cerrado.

Prioridad C. Pacientes con problemas sin resolver en la vía aérea, en la ventilación o en la circulación (ABC).


Prioridad D. Pacientes con problema resuelto en el ABCD. Traslado según plazo terapéutico:

  • Pacientes amarillos con problemas neurológicos.
  • Amarillos con lesiones que requieran atención hospitalaria.
  • Verdes que precisen valoración médica especializada.
  • Pacientes verdes a centros no hospitalarios.
  • No viables, con lesiones incompatibles con la vida y los que requieren cuidados paliativos.

 

Post relacionado: el sistemas S.T.A.R.


 

viernes, 19 de febrero de 2016

Enfermedades profesionales


La Ley General de la Seguridad Social define la enfermedad profesional como “la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades especificadas en el cuadro aprobado por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que esté provocada por la acción de los elementos y sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional”.

El reconocimiento de la relación entre un determinado riesgo laboral y una afección pretende incrementar la atención a tal riesgo, adoptando controles y medidas de prevención adecuadas.

El 13 de julio de 2006, el Gobierno, las organizaciones sindicales y la patronal, suscribieron un acuerdo sobre las medidas a adoptar en materia de Seguridad Social, entre las que se incluyó una actualización de la lista de enfermedades profesionales (vigente desde 1978), adecuándola a los nuevos procesos organizativos y de producción.

Asimismo, se acordó modificar el sistema de notificación y registro, con la finalidad de detectar enfermedades profesionales ocultas y evitar su infradeclaración.

El resultado de este proceso fue la elaboración del Real Decreto 1299/2006 de 10 de noviembre, en el que se aprobó el nuevo cuadro de enfermedades profesionales y se establecieron los criterios para su notificación y registro, de acuerdo con las recomendaciones de la Comisión Europea.

La aportación más novedosa de este Real Decreto con relación al anterior, más orientado al aseguramiento y la indemnización, es la confluencia de intereses entre la compensación y la prevención. También incluyó un procedimiento de actualización de la lista de enfermedades profesionales.

Para saber más… http://www.boe.es/buscar/pdf/2006/BOE-A-2006-22169-consolidado.pdf

martes, 9 de febrero de 2016

El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). R99


Es la muerte repentina e inesperada de un niño con menos de un año de edad. Definido por vez primera en 1969, se trata de un problema muy grave, ya que no presenta síntomas previos, avisos, ni tiene una explicación clara. La autopsia nunca revela una causa única definitiva.


El SMSL podría originarse como un episodio nocturno de apnea, bradicardia, hipotensión, arritmia o alguna condición externa que lleve al bebé a una situación de asfixia, debido a su incapacidad para detectar la acumulación de dióxido de carbono en la sangre. Es decir, su centro regulador de la respiración, no produce una respuesta adecuada al aumento sanguíneo del CO2.


El riesgo de SMSL es infrecuente durante el primer mes de vida, se eleva entre los 2 y los 4 meses; y vuelve a disminuir después de esta edad. A partir de los 12 meses, el riesgo es prácticamente nulo y pasa a llamarse "muerte súbita del niño". Ocurre más en niños que en niñas y se producen más casos en invierno.


FACTORES DE RIESGO


Aunque la causa de la muerte súbita en el lactante sigue siendo desconocida, se cree que existen factores que podrían estar implicados:

  • Dormir boca abajo. Desde que se recomienda a los padres que acuesten a sus bebés boca arriba o de lado, los casos de SMSL han disminuido en todo el mundo desarrollado. Actualmente, su incidencia está por debajo de 1/1000 recién nacidos.
  • Estar en un ambiente con humo de tabaco durante la gestación o después del parto. El riesgo en niños de madres fumadoras es tres veces superior. Esto refuerza la relación entre el SMSL e hipercadmia.
  • Dormir en una superficie blanda.
  • Hijos de madres consumidoras de sustancias que afecten al sistema nervioso central.
  • Partos múltiples o prematuros
  • Antecedentes familiares de SMSL (hermanos).
  • Madre adolescente.
  • Corto intervalo de tiempo entre embarazos.
  • Condiciones de pobreza con cuidados prenatales inadecuados.
  • Colecho (factor sujeto actualmente a controversia).

COMO REDUCIR EL RIESGO DE SMSL


La Asociación Española de Pediatría, recomienda:

  • El bebé debe dormir boca arriba. Nunca acostarlo boca abajo durante el primer año. Sin embargo, si el bebé se gira y se pone de lado o boca abajo por sí mismo, puede dejarse.
  • Acostarlos sobre una superficie firme. Cunas, moisés, cochecitos y asientos de seguridad deben cumplir con las normas de seguridad vigentes.
  • Mantener fuera de la cuna objetos blandos, ropa de cama, almohadas, cojines, peluches o cualquier otro objeto que aumente el riesgo de que el bebé quede atrapado.
  • Colocar la cuna cerca de la cama de los padres, de forma que se pueda mantener vigilado.
  • Amamantar al bebé, ya que la lactancia materna disminuye las infecciones en las vías respiratorias altas.
  • Procurar que el bebé no tenga demasiado calor, manteniendo la habitación a una temperatura cómoda.
  • El uso del chupete durante la noche, es un factor protector. Si al bebé se le cae durante el sueño, no volver a ponérselo.
  • Mantenerlo alejado de los fumadores incluso cuando esté al aire libre. La casa y el coche deben estar libres de humo.
  • Aunque el uso de monitores cardiorrespiratorios pueden ser útiles en bebés con problemas respiratorios o cardíacos, no hay evidencias de que reduzcan el riesgo en niños sanos.