Crisis asmática
El asma es una enfermedad crónica frecuente en la infancia (afecta aproximádamente a 1/10 niños). Se caracteriza por una hiperreactividad bronquial (estenosis inflamatoria transitoria de los bronquios) que produce tos seca y disnea con sensación de ahogo.
SÍNTOMAS
Los síntomas del asma pueden mantenerse en el tiempo de forma leve o, bien, aparecer de forma brusca y más grave en momentos puntuales (crisis o exacerbación asmática).
El síntoma más típico es la sensación de ahogo con disnea y opresión en el pecho, que suele ir acompañada de tos seca persistente con sibilantes ("pitos") y eliminación de mucosidad blanquecina (no siempre).
Es frecuente que la crisis se desencadene durante el ejercicio físico, por la noche, con los catarros, el humo y el aire frío pero, en la mayoría de los pacientes, el asma se asocia a alergia a determinadas sustancias (pelo de animal, pólen, ácaros del polvo, etc.).
SIGNOS DE ALARMA
Si la dificultad respiratoria es importante o al paciente le cuesta hablar, caminar, está irritable, somnoliento o precisa el broncodilatador cada menos de dos horas, necesita una valoración médica de urgencia.
TRATAMIENTO
Existen dos tipos de fármacos para el asma:
- Broncodilatadores inhalados de acción rápida (salbutamol o terbutalina) para el tratamiento de la tos y la disnea en el momento de aparición. Su efecto es transitorio y suelen ser suficiente si los síntomas son puntuales y moderados.
- Tratamiento antiinflamatorio prolongado con corticoides si los síntomas son habituales: budesonida, fluticasona, mometasona, ciclesonida. Estos pueden ir asociados a broncodilatadores de acción prolongada (su efecto dura unas 12 horas). Este tratamiento puede durar meses.
PREVENCIÓN
Evitar los desencadenantes del asma, como el humo del tabaco y sustancias alergénicas (polen, pelo de animales, polvo, hongos, ...).
Es fundamental un estricto cumplimiento terapéutico y utilizar el dispositivo de inhalación adecuado a la edad del paciente.
Impétigo (L01.0)
Es una infección superficial y localizada producida por bacterias que son habituales en la superficie de la piel y mucosas, principalmente streptococcus pyogenes y staphylococcus aureus.
Suele producirse en niños de 2 a 6 años en épocas de calor por sobreinfección de excoriaciones y pequeñas heridas en zonas expuestas de la piel.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Suele empezar con una pequeña mácula roja para dar paso a una ampolla que, al reventarse, deja una costra amarillenta.
Pocas veces va acompañada de fiebre y no suele dejar cicatriz.
Aunque no es grave, el impétigo es contagioso por contacto directo y puede extenderse por el propio paciente por contigüidad o por rascado.
PREVENCIÓN
Mantener una higiene adecuada y lavar inmediatamente con agua y jabón cualquier herida superficial. Posteriormente, aplicar una solución antiséptica (clorhexidina).
CUIDADOS
Limpiar las lesiones con agua y jabón. Posteriormente, aplicar una pomada antibiótica (mupirocina o ácido fusídico), ya que responde muy bien a antibióticos vía tópica.
En muy raras ocasiones es necesario el tratamiento con antibióticos por vía oral.
Fuente principal: AEP
Pruebas alérgicas cutáneas
Las enfermedades alérgicas se producen por una reacción exagerada del organismo frente a determinadas sustancias – habitualmente inocuas - que nos rodean. El responsable más frecuente de esa reacción es la inmunoglobulina E.
La IgE es una proteina que, cuando contacta con el alérgeno al que el paciente está sensibilizado, desencadena una serie de síntomas alérgicos inmediatos.
La gravedad de estos síntomas dependerá del grado de sensibilización del paciente, de la cantidad de alérgeno y de la duración de la exposición.
EXTRACTOS ALÉRGENOS
Las pruebas alérgicas se hacen con los llamados extractos alergénicos. Estos se obtienen mediante la fragmentación de una cantidad mínima del alérgeno (alimento, polen, ácaro, epitelio de animal, hongo…) y su dilución en disolventes. Posteriormente se filtran, se purifican sus proteínas y se esterilizan. El resultado final es un extracto rico en la proteína que producen la alergia.
PRUEBA ALÉRGICA CUTÁNEA
Es la principal prueba de apoyo al diagnóstico de las enfermedades alérgicas. También se utiliza para buscar la causa y para determinar la composición de las vacunas.
Su mecanismo de acción se basa en la reacción de hipersensibilidad de la piel cuando la IgE específica entra en contacto con un alérgeno determinado. Así, se comprueba si el paciente tiene la IgE específica contra el alérgeno responsable de sus síntomas.
- Prueba Prick-test. Se pone una gota del extracto alergénico en la cara anterior del antebrazo y con una lanceta se hace una punción a través de ella.
- Prick-prick. Se impregna la lanceta con la sustancia y, a continuación, se punza la piel con la misma lanceta. Esta prueba comporta una mayor sensibilidad que la anterior.
- Análisis de sangre. Indicadas en personas con determinadas enfermedades cutáneas, en tratamiento con ciertos fármacos o cuando el paciente presenta una enfermedad alérgica grave.
Principales VENTAJAS de estas pruebas sobre otros estudios:
- Son inmediatas. Los resultados se obtienen en la misma consulta.
- Costoefectividad.
- La gran variedad de alérgenos disponibles.
RESULTADOS
Si el paciente está sensibilizado, las células de la epidermis reaccionan produciendo un habón rodeado por un eritema. Esta respuesta se inicia en unos minutos, tiene su pico máximo a los 20 y cede en pocas horas.
Una prueba cutánea positiva con ausencia de síntomas no significa enfermedad. Cuando una prueba es positiva, pero la exposición a esa sustancia no desencadena una reacción alérgica, se denomina sensibilización subclínica o latente.