Crisis de ausencias típicas (petit mal).
Son un tipo de crisis epilépticas que cursan con episodios muy breves (unos segundos), en los que el niño interrumpe bruscamente la actividad que estaba haciendo y se desconecta del medio sin llegar a caer al suelo.
A veces, pueden acompañarse de movimientos repetitivos de las manos, la boca y los ojos (nistagmo). Cuando el episodio termina, el niño retoma la actividad que estaba haciendo como si no hubiese ocurrido nada.
Las crisis de ausencias se deben a una alteración de la actividad neuronal y, aunque parecen tener un componente genético, son multifactoriales.
Se da en niños de entre 4 y 9 años con un desarrollo normal. Son más frecuentes en niñas y suelen remitir con la edad.
Existen otras crisis llamadas atípicas que no cumplen el patrón comentado y que se asocian a otros cuadros epilépticos más graves, frecuentemente acompañados de retraso en el desarrollo y/o déficit cognitivo.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se confirma con un electroencefalograma con un patrón característico (figura).
Debido a la frecuencia con la que se dan y a su repercusión en el entorno del niño, las crisis de ausencias necesitan tratamiento con fármacos antiepilépticos que suelen retirarse después de 1-2 años sin crisis.
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