Fisiopatología del transporte sanitario terrestre
El transporte sanitario terrestre conlleva una serie de efectos físicos que influyen negativamente sobre la salud del paciente, sobre los equipos de monitorización, sobre los fármacos y el sobre el material sanitario.
Por ello, todo traslado sanitario debe reunir un mínimo de condiciones que aseguren una correcta asistencia y traslado del paciente, reduciendo al mínimo estos inconvenientes. Los más importantes son:
- FUERZAS DE ACELERACIÓN Y DESACELERACIÓN
El paciente se ve sometido a una serie de fuerzas inerciales que, dependiendo de su intensidad, del sentido de las mismas y del peso del paciente, actúan sobre su organismo produciendo distintos signos y síntomas.
Las aceleraciones provocan hipotensión y taquicardia refleja. En cambio, las desaceleraciones bruscas (frenazos), ocasionan hipertensión arterial, aumento de la presión venosa central, bradicardia e incremento de la presión intracraneal por desplazamiento caudo-cefálico de la sangre. Tener especial cuidado en pacientes con hipertensión intracraneal.
La conducción ha de ser suave y debemos asegurar una correcta fijación del paciente, de los equipos de monitorización y del material sanitario
Las embarazadas, colocarlas en decúbito supino con lateralización izquierda a partir del segundo trimestre para no comprimir la vena cava inferior.
- VIBRACIONES
Se definen como una forma de energía que se transforman en fuerza mecánica, calor o presión.
Las vibraciones que afectan al cuerpo humano son las que se encuentran entre los 3 y los 20 Hz, especialmente las comprendidas entre los 4 y los 12 Hz.
Las que se producen en la ambulancia están entre los 4 y 16 Hz y cuando sobrepasan una determinada amplitud, suelen provocar destrucción de los capilares sanguíneos en pacientes politraumatizados, aumentando el sangrado. También pueden producir una respuesta vegetativa, aumentando la frecuencia respiratoria y cardíaca.
Aislar el paciente de la camilla, utilizando el colchón de vacío siempre que se pueda.
- RUIDOS
El ruido producido por la sirena de la ambulancia oscila entre los 70 y 80 dB. Ello provoca ansiedad y miedo en el paciente, con la consiguiente respuesta fisiológica con taquicardia, taquipnea, hiperventilación, hipertensión y trastornos de la conducta entre otros.
Con el vehículo en marcha es imposible la auscultación y la toma de tensión con fonedoscopio. Utilizar tensiómetros electrónicos y usar la sirena racionalmente.
- TEMPERATURA
El frío produce vasoconstricción periférica, dificultando la canalización de vías venosas, la medida de la saturación, aumenta el consumo de O2 por tiritera y favorece la hipotermia.
Abrigar al paciente convenientemente y calentar los sueros a 39º
El frío también actúa negativamente sobre algunos fármacos IV, haciendo que cristalicen.
Los recién nacidos deben ser trasladados en una incubadora.
El calor excesivo provoca sudoración profusa y vasodilatación periférica, afectando al equilibrio hidroeléctrico y a la volemia en pacientes hemodinámicamente inestables. La perfusión con sueros demasiado calientes también favorece los golpes de calor.
Hacer un uso racional del aire acondicionado.