jueves, 4 de mayo de 2017

Lesiones por onda expansiva o blast injury (Y36.9).


Las lesiones por explosión, suelen clasificarse en:

1. LESIONES PRIMARIAS

Son las lesiones directamente provocadas por la presión brusca que ejerce la onda expansiva sobre los gases contenidos dentro de los órganos huecos: pulmones, intestinos y tímpanos.

En el sistema respiratorio, la onda expansiva suele causar contusión, edema pulmonar, neumotórax y hemotórax. A nivel abdominal, puede provocar perforaciones gastro-intestinales y traumatismos viscerales en órganos macizos (s.t. hígado). También pueden verse afectados el sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y los ojos.

2. L. SECUNDARIAS

Contusiones o heridas penetrantes por objetos y esquirlas proyectados por la explosión. Suelen ser abundantes y de distinta gravedad. Consisten en amputaciones (totales o parciales), laceraciones, evisceraciones, fracturas y heridas inciso-contusas.

3. HERIDAS TERCIARIAS

Causadas por la proyección de la persona contra el suelo, la pared o un objeto duro. El traumatismo unido a la aceleración y desaceleración bruscas que sufre el cuerpo, incrementa el riesgo de lesiones severas por colapso de estructuras.

Entre las lesiones terciarias se encuentran: traumatismos craneoencefálicos, hemorragias abdominales, contusiones y fracturas.

4. LESIONES CUATERNARIAS

Exacerbaciones o complicaciones diferidas de las lesiones de alguna de las categorías anteriores: asfixia, quemaduras de vías aéreas, exposición a tóxicos, radiaciones, hemorragias ocultas, daños neurológicos, infecciones, complicaciones del embarazo, …

Dentro de esta categoría se encuentran los efectos psicológicos, que son las lesiones cuaternarias más comunes entre supervivientes, testigos, equipos de emergencia y población en general.



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