Anestesia epidural y raquídea o intradural
Aunque las dos técnicas son utilizadas por su eficacia, ventajas y menor riesgo de complicaciones frente a la anestesia general, la anestesia raquídea o intradural, es la que se utiliza habitualmente en quirófano. La epidural, en cambio, suele emplearse casi exclusivamente para analgesia, tanto en partos como en postoperatorios de diversas cirugías: traumatológica, torácica, urológica y ginecológica (sistema de analgesia a través de catéter). Veamos algunas diferencias entre ambas:
1. ANESTESIA EPIDURAL
Es la colocación de un catéter en el espacio epidural* para la administración de un anestésico local. Posteriormente, la vía queda disponible para la infusión de anestésicos y prolongar el efecto de los mismos el tiempo necesario. Esta técnica permite graduar la profundidad del bloqueo (estímulo vegetativo, sensitivo y motor).
1.1 Punto de punción.
Se coloca al paciente en posición fetal en decúbito lateral o sedestación.
El punto de punción se elige en función de la zona que se desea anestesiar, siendo los más habituales las punciones vertebrales lumbares y torácicas, aunque también puede haber punciones cervicales.
Como referencias de los puntos de punción se suelen utilizar: C7: apófisis prominente de la vértebra, T3: unión del ángulo que forman las escápulas, T7: vértice inferior de las escápulas, L2: unión de las costillas y L4: cresta iliaca.
1.2 Técnica
Mediante desinfección, técnica estéril y anestesia local en el punto de punción, se introduce una aguja (tipo Tuohy, exclusiva para punción epidural, calibre 17-18 G) conectada a una jeringa de baja resistencia con de aire o suero fisiológico. Se continúa introduciendo la aguja mientras se aprieta el émbolo. Los músculos y ligamentos ofrecen una cierta resistencia al atravesarlos. Al llegar al espacio epidural, tras atravesar el ligamento amarillo, se percibe una pérdida súbita de resistencia que permite vaciar el aire o el suero de la jeringa. Esto indica que hemos llegado al espacio epidural, por lo que ya se puede administrar el fármaco.
Por último, se retira la aguja y se coloca un apósito. Si se deja colocado el catéter se fijará a la piel y se mantendrá protegido.
1.3 Complicaciones
- Hipotensión arterial.
- Temblores y escalofríos.
- Toxicidad sistémica por sobredosificación o extravasación del anestésico.
- Bloqueo extenso por migración cefálica del anestésico pudiendo provocar una PCR.
- Bloqueo intradural inadvertido.
- Cefalea.
- Migración del catéter.
- Lumbalgias.
- Anestesia unilateral.
- Punción dural.
2.2 Técnica
Mediante técnica estéril, se desinfecta la zona y se infiltra el anestésico local en la piel y en el tejido subcutáneo. A continuación se realiza la punción con una aguja raquídea (calibre 24- 25G) atravesando la piel, tejido subcutáneo, ligamento supraespinoso, ligamento interespinoso, ligamento amarillo y duramadre, hasta observar la salida de líquido cefalorraquídeo. A continuación y se infiltra el anestésico sin mover la aguja.
Posteriormente, se retira la aguja y se coloca un apósito. Si durante la inyección el paciente sintiese dolor, se detendrá la inyección, ya que se puede estar dañando una raíz nerviosa.
2.3 Complicaciones y efectos secundarios
- Punción hemática: salida de sangre a través de la aguja.
- Parestesias.
- Hipotensión arterial por vasodilatación provocada por el bloqueo simpático.
- Naúseas y vómitos: secundarios a la hipotensión.
- Retención urinaria: por bloqueo del músculo detrusor vesical.
- Lumbalgia: tras intentos repetidos con agujas de gran calibre.
- Cefalea post-punción: por la continua pérdida de LCR a través del orificio dural.
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