La duración de la terapia intravenosa se prevea por más de 5 días.
Administración de medicación irritante (5<Ph>9) o de alta osmolaridad (>600 mOsm/l).
Nutrición parenteral (NPT).
Medición de la presión venosa central (PVC).
USO DE LOS LÚMENES
Intentar elegir el catéter menos invasivo y con el menor número de luces (de 2 a 5) en función de las características del paciente y de la terapia prescrita.
No existe consenso sobre el uso de cada lumen, ya que depende de la situación clínica del paciente, si precisa NPT, drogas vasoactivas, monitorización de PVC, perfusiones simultáneas, etc. No obstante, la mayoría de los fabricantes recomiendan usar las luces en el siguiente orden:
Lumen distal (rojo*). Monitorización de la PVC (si precisa), fluidoterapia, perfusión continua,…
L. medial (azul): en caso de necesitarla, la NPT deberá ser administrada por una luz exclusiva, debido al alto riesgo de colonización bacteriana que conlleva.
Luz proximal (blanco): extracciones sanguineas, medicación en bolo, perfusiones intermitentes y hemoderivados (para no interrumpir la perfusión continua).
CUIDADOS POSTIMPLANTACIÓN
Control de signos vitales durante las primeras horas.
Vigilar el punto de inserción: sangrado, hematomas,…
Comprobar la permeabilidad de las luces.
Administrar analgesia b.p.m. si precisa
Cura estéril a las 24 horas.
Registro
CUIDADOS DIARIOS
Examen visual del apósito y de la zona de inserción: irritación, eritema, posición del catéter, estado de la sutura, exudado, edema, flebitis,…
Cura y cambio de apósito cada 48 horas si es de gasa o cada 5 días si es transparente semipermeable o siempre que esté húmedo, sucio, despegado o en mal estado.
No reintroducir el catéter en caso de salida accidental.
La heparinización se hará inyectando el volumen exacto de cada lumen con una solución de heparina (20 UI/ml de NaCl o Fibrilín®).
(*) Los colores de los lúmenes pueden variar según el fabricante.
martes, 2 de julio de 2019
Atención inicial al traumatizado grave
EVALUACIÓN PRIMARIA
Se realiza siguiendo una escala de prioridades dirigidas a identificar y corregir alteraciones con riesgo vital, llevada a cabo de una forma rápida, sistemática y progresiva:
Buscar la presencia de hemorragias masivas externas y control de las mismas, ya que el shock hipovolémico es la principal causa de muerte en las primeras horas.
A. Vía aérea con control cervical
Abrir o confirmar la permeabilidad de la vía aérea.
Administración de O2 a alto flujo.
Criterios para aislamiento definitivo mediante IOT: obstrucción de la V.A., hipoventilación, hipoxemia severa con aporte de O2, GCS<9, PCR, hemorragia severa, traumatismo traqueal, inhalación de humo, quemaduras orofaciales, gran superficie corporal quemada,…
Contemplar el uso dispositivos supraglóticos: mascarilla laríngea, Fastrach,…
Mantener la inmovilización cervical manual hasta colocación del collarín cervical y dama de Elche y durante las maniobras de IOT.
B. Ventilación
Asegurar una correcta oxigenación (O2 al 100%) y ventilación.
Valorar: frecuencia respiratoria, disnea, tiraje, ingurgitación yugular, asimetría torácica, movimientos paradójicos, uso de musculatura abdominal, heridas,…
Exponer totalmente al paciente en busca de lesiones graves.
Prevenir la hipotermia.
EVALUACIÓN SECUNDARIA
Se realizará una vez completada la evaluación primaria y reevaluadas las funciones vitales y su respuesta al tratamiento inicial. Su objetivo es hacer un balance global de las lesiones por aparatos y sistemas, por lo que debe ser organizado y sistemático.
Incluye la monitorización básica de signos vitales, SpO2, EKG, temperatura y el sondaje nasogástrico y vesical.