Enfermedad celiaca o celiaquía (K90.0)
Es una enfermedad autoinmune provocada por la intolerancia digestiva permanente a la parte proteica de ciertos cereales: trigo, la cebada, centeno y, en menor medida, la avena.
Se manifiesta por una inflamación del intestino que, con el tiempo, puede llegar a afectar a otros órganos.
Aunque no es hereditaria, existe una predisposición genética, por eso es frecuente que haya familias con más de un miembro afectado. Se calcula que en España la padece casi un 1% de la población, a pesar de que en muchos casos no llega a ser diagnosticada.
SINTOMAS Y DIAGNÓSTICO
Los niños pequeños suelen padecer irritabilidad, diarrea prolongada, vientre hinchado, pérdida de peso y desnutrición.
En adultos y niños mayores, los síntomas suelen ser más leves y cursan con anemia ferropénica, anorexia, talla baja, dolor abdominal, aftas y dermatitis herpetiforme (imagen). A veces, puede ser asintomática.
Ante su sospecha, se debe realizar un análisis de sangre para detectar los anticuerpos propios de la celiaquía en el plasma sanguíneo. En ocasiones, también es necesario una biopsia de la pared intestinal.
TRATAMIENTO
El único tratamiento eficaz es seguir una dieta sin gluten de por vida. Aunque la enfermedad no se cura, la dieta hace que sus síntomas desaparezcan y disminuya el riesgo de padecer otros problemas autoinmunes relacionados: diabetes, tiroiditis y algunos tipos de cáncer.
La dieta consiste en la eliminación de los cereales implicados en esta enfermedad: trigo, cebada y centeno y avena, aunque sí pueden tomar otros cereales como maíz o arroz. También pueden consumir lacteos, carnes y pescados (sin empanar), huevos, frutas, verduras, legumbres, patatas, soja, aceite y azúcar.
Los alimentos procesados e industriales, suelen contener gluten, por lo que se debe comprobar los ingredientes en los envases y buscar la etiqueta “sin gluten”. A la hora de cocinar, utilizar recipientes separados para los alimentos que vayan a consumir los celiacos, ya que la contaminación con pequeñas cantidades de gluten puede ser suficiente para reactivar la enfermedad.
En el momento de introducir cereales con gluten en la dieta de los bebés, debe hacerse gradualmente y nunca antes de los cuatro meses.
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