El pie diabético. Fisiopatología
Es una complicación frecuente y tardía de la diabetes (aparece 10 o 15 años después de padecerla) y suele presentarse a partir de los 60 años. Actualmente, supone un importante problema de salud pública, ya que provoca graves secuelas en el paciente (con riesgo de amputación) y un elevado gasto sanitario. Habitualmente se presenta como:
NEUROPATÍA SENSITIVA
Causa de mucha de las úlceras neuropáticas. Suele comenzar con sensación de disestesia que evoluciona progresivamente hasta la pérdida total de sensibilidad. La falta de dolor, hace que se ignoren los pequeños traumatismos de repetición y se descuiden las úlceras ya establecidas.
NEUROPATÍA MOTORA
Se modifican los puntos de apoyo, provocando una sobrecarga de las cabezas de los metatarsos, formación de dedos en garra, callosidades e hiperqueratosis sobre las que se acumulan bolsas sero-sanguinolentas que se difunden a los tejidos profundos por efecto de la presión. Cuando ésta se rompe, suele infectarse provocando el mal perforante plantar.
OSTEOARTROPATÍA DIABÉTICA
Deformación ósea progresiva e indolora del pie. Se debe a un aumento de la resorción del tejido óseo y articular como consecuencia de la comunicación arterio-venosa. En los casos más graves, puede llegar a una osteonecrosis.
MACRO Y MICROANGIOPATÍAS
La falta de un adecuado riego sanguíneo, conlleva una disminución del aporte de O2 y nutrientes a los tejidos, lo que da lugar a un retraso en la cicatrización de las heridas, infecciones y riesgo de gangrena. El pie arterítico es frío, pálido y se cianosa al inclinar la pierna hacia abajo. Su piel es fina, brillante y sin vello. Las úlceras suelen localizarse en las zonas distales: dorso y punta de los dedos, talones y prominencias óseas y, generalmente, son muy dolorosas.
LIMITACIÓN DE LA MOVILIDAD ARTICULAR
Rigidez articular y cutánea debidas a glicosilación proteica*. Esto provoca un mal funcionamiento del pie durante la marcha que induce la aparición de úlceras en la zonas de presión.
INFECCIONES
Desde celulitis localizada a infecciones profundas con osteomielitis. La presencia de inflamación local, supuración o crepitación indican infección, pero su ausencia no la descarta. Síntomas sistémicos como fiebre o leucocitosis, sólo se presentan en un tercio de los casos de infección.
(*) Adición de carbohidratos a una proteína.
Fuentes principales: OMS y Federación Internacional de la Diabetes
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